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El día de hoy te hablaremos de las lesiones más comunes en la rodilla; te diremos cuáles son sus síntomas, qué las provoca y cómo tratarlas. Es importante que prestes atención a cada uno de los puntos que desarrollaremos a lo largo de este artículo porque estos tipos de afecciones no distinguen edades, lo que significa que pueden llegar a mermar la calidad de vida tanto de personas mayores como de niños, jóvenes, y adultos. 

Aunado a esto, cabe destacar que el dolor de rodillas es una de las razones por las que más personas terminan yendo a fisioterapia y que, debido a la compleja estructura de esta articulación, requiere de una buena evaluación y atención. 

Dicho esto, te invitamos a seguir leyendo para que sepas todo sobre las lesiones comunes de rodilla, para que puedas prevenirlas a tiempo y sepas con quién acudir para un diagnóstico adecuado. 

Anatomía de la rodilla 

A nivel articular la rodilla está compuesta por hueso, cartílago, ligamentos y líquidos. Fuera de la parte ósea, está formada por músculos y tendones que ayudan a que la articulación tenga movimiento. 

Debido a su compleja anatomía, es muy común que las personas padezcan lesiones con dolor leve, moderado o grave en las rodillas y que, en el peor de los casos, batallen para caminar. 

Estructuras que más se lesionan

De las partes que componen a la rodilla, hay unas que se lesionan con más frecuencia que otras. En este punto, es importante destacar que estas lesiones comunes en la rodilla no se limitan solamente a la articulación; también las estructuras blandas (tejidos que no son huesos) pueden ser afectadas.

Éstas son las estructuras de la rodilla que generalmente sufren más daños:

Ya que tenemos identificadas las partes de la rodilla que más se lesionan, es momento de ver cuáles son las lesiones más comunes. 

Esguinces o desgarros en ligamentos

La función de los 4 ligamentos de la rodilla es conectar a los huesos que la componen. Los 2 que rodean a la rodilla son llamados colaterales: colateral medial (interno) y colateral lateral (externo). Estos se encargan de estabilizar la rodilla impidiendo que se mueva excesivamente de lado a lado.   

A pesar de que el ligamento colateral medial, también conocido como lateral interno, es muy fuerte y resistente, puede llegar a sufrir esguinces o una rotura completa si hacemos movimientos demasiado bruscos.  

Por otro lado, el ligamento colateral lateral, conocido como lateral externo, es un tipo de cordón delgado muy fuerte que generalmente no se daña, pero que puede necesitar atención si otros ligamentos están dañados. 

Las lesiones de estos 2 ligamentos se pueden clasificar en 3 tipos:

  • Primer grado: Esguinces sin desarrollo del ligamento.
  • Segundo grado: Rotura parcial del ligamento. 
  • Tercer grado: Desgarro total del ligamento. 

En el interior de la rodilla se encuentran los 2 ligamentos restantes que la conforman, uno es el ligamento cruzado anterior, y el otro es el ligamento cruzado posterior. Ambos tienen la función de darle estabilidad a la rodilla en diferentes posiciones, principalmente cuando la movemos hacia adelante y hacia atrás. 

Aunque ambos ligamentos se pueden lesionar cuando extendemos con demasiada fuerza la rodilla, es más común que se desgarre el ligamento cruzado anterior.


Las lesiones en los ligamentos de la rodilla son más frecuentes en quienes practican deportes que exigen cambios constantes de ritmo y dirección, por ejemplo: futbolistas y basquetbolistas.


Desgarro de menisco o meniscopatías

Los meniscos tienen forma de luna o de letra “C”, y están compuestos por 3 partes: cuerno anterior, cuerpo y cuerno posterior. Uno de los meniscos se localiza en la parte interna de la rodilla y el otro en la parte externa. 

Su función es absorber o amortiguar el impacto entre el fémur y la tibia, al mismo tiempo que ayudan a que la rodilla se mantenga estable. Debido a su morfología fibrocartilaginosa, los meniscos pueden llegar a sufrir desgarros parciales o totales, siendo más frecuentes los del menisco interno. 

Los desgarros meniscales pueden ser por causas traumáticas o degenerativas, y se clasifican en 2 tipos principales: 

  • Verticales (radiales y longitudinales): Los radiales son perpendiculares al eje del menisco y casi nunca se reparan mediante cirugías; un ejemplo de estos son los que tienen forma de pico de loro. Los longitudinales son a lo largo del eje del menisco y generalmente se reparan con cirugía, siempre y cuando afecten a la pendiente externa. 
  • Horizontales: Este tipo de desgarros pueden ser asintomáticos y casi siempre son de tipo degenerativos. Comúnmente se asocian a quistes parameniscales. Un ejemplo de estos desgarros son los que se dan en el asa del cubo meniscal y  las lesiones llamadas “flap”.  

Los desgarros súbitos del menisco a menudo ocurren cuando giramos la rodilla repentinamente mientras cargamos peso en ella. Son más usuales en deportistas y con frecuencia se dan al mismo tiempo que otras lesiones de la rodilla.


Bursitis de la rodilla

Esta lesión de la rodilla se caracteriza por producir inflamación en las bolsas sinoviales. Estas bolsas llenas de líquido tienen como función lubricar las articulaciones, amortiguar los puntos de presión entre los huesos y facilitar el movimiento de tendones y ligamentos. La bursitis de rodilla se da con más frecuencia sobre la rótula o en la parte interior de la rodilla, debajo de la articulación.

La bursitis de rodilla puede clasificarse en 4 tipos, según su localización:

  • Prerrotuliana: Delante de la rótula
  • Infrarrotuliana profunda: Entre el tendón rotuliano y la grasa infrapatelar
  • Semimembranoso: En el lado medial de la rodilla
  • Pata de ganso: Parte interna de la rodilla 

Los más susceptibles a padecer esta lesión son quienes deben estar en una posición de rodillas de manera prolongada (carpinteros, instaladores, etc.), corredores y quienes practican deportes de contacto como rugby, artes marciales, voleibol, etc.


Tendinitis rotuliana o rodilla del corredor

La tendinitis rotuliana, también conocida como “rodilla del saltador”, es una de las lesiones más comunes en la rodilla y se distingue por causar irritación e inflamación en uno o más de los tendones que conectan a los músculos con los huesos. 

El tendón rotuliano hace que los músculos frontales de la pierna puedan extender la rodilla permitiéndonos patear, correr y brincar. 

Las lesiones rotulianas se pueden clasificar en 2 grupos:

  • Roturas del tendón: Por lo general son agudas, incapacitantes y la mayoría de los casos se tratan mediante cirugía.
  • Tendinopatías: Es común que éstas se hagan crónicas. Están relacionadas con el sobreuso. 

Quienes practican atletismo, esquí, ciclismo o actividades que implican saltar, están más propensos a padecer de esta lesión. 


Lesiones por problemas mecánicos

Este tipo de lesiones se pueden clasificar en 3 tipos:

  • Cuerpo suelto: Suceden cuando algún trozo pequeño de hueso o cartílago se desprende a causa de una lesión en alguno de ellos. 
  • Dislocación de rótula: El hueso triangular que cubre el frente de la rodilla se desplaza hacia afuera de la rodilla.
  • Dolor de cadera o pie: Al sentir dolor en alguna de estas articulaciones se corre el riesgo de modificar la forma de caminar, causando más tensión sobre la rodilla. 
  • Síndrome de la banda iliotibial: Esta lesión tiene lugar cuando se tensa la banda de tejido que va desde la parte externa de la cadera hasta la parte externa de la rodilla, provocando que roce con la parte externa del fémur. 

Lesiones de tipo artrítico

Aunque hay muchas lesiones dentro de este tipo, éstas son las más frecuentes:

  • Artrosis: Son causadas por el desgaste del cartílago de la rodilla debido al paso del tiempo y por el uso.  
  • Gota y seudogota: La primera es la acumulación de cristales de ácido úrico en la rodilla; mientras que la segunda es la acumulación de cristales de calcio en el líquido sinovial.
  • Artritis reumatoide: Ésta es una enfermedad autoinmune crónica que puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. Conoce más sobre ella haciendo click aquí.

Síntomas de una rodilla lesionada

  • Dolor
  • Sensación de calor en la zona afectada
  • Inflamación y rigidez
  • Enrojecimiento 
  • Debilidad o inestabilidad 
  • Chasquidos o crujidos
  • Dificultad o incapacidad para extender o flexionar totalmente la rodilla
  • Problemas para apoyar correctamente la pierna
  • Dificultad para cargar todo tu peso sobre la extremidad dañada
  • Presencia de hematomas
  • Espasmos en los músculos que rodean a la rodilla

Ojo: Es muy importante que consultes a un médico especialista o que acudas a una clínica especializada si no puedes soportar peso sobre la rodilla; si la sientes demasiado inestable; si no la puedes flexionar o extender bien; si notas alguna deformidad en la zona; o si además de enrojecimiento, dolor o hinchazón, tienes fiebre.

Causas, diagnóstico y tratamiento

Ya que conocemos las lesiones comunes de rodilla, es hora de ver por qué ocurren, qué podemos hacer para identificarlas y cuál es la mejor manera de tratarlas. ¡Toma nota!

Factores de riesgo

  • Sobrepeso
  • Falta de flexibilidad o fuerza muscular
  • Practicar deportes que demanden mucho esfuerzo de las rodillas
  • Dedicarse a trabajos que exijan un sobreuso de la rodilla
  • Lesiones previas
  • Recibir un impacto fuerte al caer 
  • Padecer alguna enfermedad como osteoartritis o gota
  • Golpearse la rodilla contra el tablero del auto en un accidente 

Diagnóstico

En caso de acudir con tu médico familiar o con un fisioterapeuta, él te preguntará los síntomas, cómo ocurrió la lesión, en qué parte te duele, el tipo de dolor que sientes y te revisará. Al momento de examinarte, hay 3 maneras de sacar un diagnóstico, según la gravedad del caso:

  • Evaluación médica mediante pruebas de esfuerzo
  • Radiografías
  • Resonancia magnética

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de lesión y de su gravedad. Estos son algunos:

  • Proteger la zona dañada.
  • Reposo durante los primeros 2 ó 3 días posteriores a la lesión.
  • Aplicar compresas de hielo o alimentos congelados.
  • Comprimir la articulación con vendas para contener la lesión y reducir la inflamación.
  • Elevar la rodilla apoyándola por encima del nivel del corazón y mantenerla firme.
  • Usar muletas, férulas o rodilleras.
  • Drenar el líquido articular. 
  • En algunos casos es posible que se necesite cirugía.

La mayoría de las lesiones comunes de rodilla se tratan utilizando el método PRICE: protection (protección), rest (reposo), ice (hielo), compression (vendaje compresivo) y elevation (elevación) 


Durante los primeros 3 días después de la lesión DEBES EVITAR

  • Masajear la zona dañada 
  • Tomar baños de agua caliente o usar bolsas térmicas
  • Consumir bebidas alcohólicas 
  • Hacer ejercicio

¡Gracias por leer este artículo hasta el final!